Foro Ramón Carrillo

Destinado a resignificar las políticas públicas del Primer Ministro de Salud de la Nación Argentina a la luz de Alma Ata y el Movimiento de Salud de los Pueblos

miércoles, 21 de septiembre de 2011

No hacer daño por Julio Monsalvo


“Primum non nocere”: primero no hacer daño, dicen que lo decía Hipócrates, médico griego que vivió entre el 460 y 370 A. de C.
Durante los años que estudié Medicina, varios profesores nos transmitían esta afirmación, pronunciándola en latín y con un cierto halo de solemnidad.
Relatando dolorosos hechos acaecidos por no haber observado esta premisa, nos hacían ver la necesidad de estar muy atentos al indicar y administrar medicamentos. De la misma manera recomendaban llegar a una intervención quirúrgica sólo en última instancia, agotados los tratamientos “conservadores”.
El devenir de los días de mi ciclo planetario me ha hecho ver que las actitudes desprovistas de afecto también provocan daños.
Fue para mí muy significativa una conversación entre señoras campesinas, que estaban felices porque “la doctora nueva del Hospital te saluda y ella misma te toma la presión y te toca”.
También recuerdo a una mamá que realizaba un largo viaje, abordando dos ómnibus, para llegar a la “Salita” llevando a su pequeño hijo a la consulta.
Cuando la Pediatra le informó que cerca de su domicilio funcionaba otra “Salita”, exclamó: “Ah! No, doctora… yo por mi hijo hago cualquier cosa, yo vengo aquí porque Ud. revisa!”
A casi 50 años de mi graduación, siento que la función esencial de la médica y del médico, sino la única, es la de acompañar, y acompañar con ternuras.
“Primero no hacer daño” es una expresión muy sabia que vendría muy bien tenerla en cuenta en todos los actos de nuestra vida.
Actitudes agresivas con palabras y gestos hacen daño especialmente a la misma persona que tiene estas actitudes.
No sólo en las relaciones humanas debemos tener en cuenta que lo “primero es no hacer daño”, sino en las relaciones con toda expresión de vida.
Pertenecemos al Ecosistema Planeta Tierra. No somos individuos aislados. Somos seres singulares intersiendo con otras personas y con todos los seres.
Al ser pertenecientes al ecosistema, estaremos saludables en tanto sean saludables las relaciones con una misma o con uno mismo, con las demás personas, con el suelo, con el aire, con el agua, con las plantas, con los animales, con toda forma de vida.
La supervivencia de la Humanidad está amenazada justamente por la agresión a los ecosistemas provocada por el utilitarismo del sistema capitalista, el cual no respeta la vida con tal de optimizar el lucro.
“Primero no hacer daño” es  la pauta que debe regir antes de tomar cualquier decisión.
Si se pensara de esta manera, ¿qué ocurriría con las usinas nucleares, la explotación minera, la industria química, la deforestación, los pozos petrolíferos y tantas otras actividades que dañan los ecosistemas?
Los ecosistemas deben ser y estar sanos para que podamos sobrevivir.
El modelo civilizatorio actual es dependiente del uso de metales, hidrocarburos, químicos y radiaciones.
Soy optimista. Creo que la Humanidad quiere vivir y que por lo tanto surgirá otra civilización que identificará las necesidades vitales y se organizará consensuando otras pautas de producción y consumo para satisfacerlas.
Surgirán otras ciencias y otras técnicas amables con la salud de los ecosistemas… o quizás sea sólo cuestión de recuperarlas.
Hasta la Victoria de la Vida Siempre!!


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