Foro Ramón Carrillo

Destinado a resignificar las políticas públicas del Primer Ministro de Salud de la Nación Argentina a la luz de Alma Ata y el Movimiento de Salud de los Pueblos

miércoles, 11 de mayo de 2011

Lema 2011 de la OMS y reflexiones del Dr. Richard J. Roberts.

Día Mundial de la Salud – 7 de abril de 2011 -
Resistencia a los antimicrobianos: Si no actuamos hoy, no habrá cura mañana
El problema de la resistencia a los antimicrobianos no es nuevo, pero se está volviendo cada vez más peligroso. Son necesarias actuaciones urgentes y unificadas para evitar que regresemos a la era preantibiótica. Con motivo del Día Mundial de la Salud 2011, la OMS hará un llamamiento a la acción para detener la propagación de la resistencia a los antimicrobianos mediante la adopción por todos los países de seis medidas de política para luchar contra dicha resistencia.


La resistencia a los antimicrobianos y su propagación mundial

Vivimos en una era en la que dependemos de los antibióticos y de otros antimicrobianos para tratar enfermedades que eran mortales hace algunos decenios, o solo algunos años, como en el caso del VIH/sida. Cuando aparece la resistencia a los antimicrobianos (o farmacorresistencia) estos medicamentos dejan de ser eficaces. En el Día Mundial de la Salud 2011 la OMS va a pedir un mayor compromiso mundial para salvaguardar estos medicamentos para las generaciones futuras. La resistencia a los antimicrobianos (el tema del Día Mundial de la Salud 2011) y su propagación mundial ponen en peligro la persistencia de la eficacia de muchos medicamentos utilizados hoy en el tratamiento de las enfermedades infecciosas.
Para el Día Mundial de la Salud 2011 la OMS pedirá a los gobiernos y a otras partes interesadas que apliquen las políticas y las prácticas necesarias para prevenir y contrarrestar la aparición de microorganismos muy resistentes.

Richard J. Roberts obtuvo el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1993, compartido con Phillip A. Sharp.   

El Premio Nobel de Medicina de 1993 Richard Roberts, en una entrevista publicada en el diario La Vanguardia, denuncia que las farmacéuticas se dedican a desarrollar medicinas que no curan del todo, sino que cronifican la enfermedad.
Pone de manifiesto que muchas de las enfermedades que hoy son crónicas tienen cura, pero para los laboratorios farmacéuticos no es rentable curarlas del todo, los poderes políticos lo saben, pero los laboratorios compran su silencio financiando sus campañas electorales.
La investigación en la salud humana no puede depender tan sólo de su rentabilidad económica. Lo que es bueno para los dividendos de las empresas no siempre es bueno para las personas puesto que
la industria farmacéutica quiere servir a los mercados de capital.
Pero no es como cualquier otra industria: estamos hablando de nuestra salud y nuestras vidas y las de nuestros hijos y millones de seres humanos y si sólo piensan en los beneficios, dejan de preocuparse por servir a los seres humanos.
Por ejemplo he comprobado como en algunos casos los investigadores dependientes de fondos privados hubieran descubierto medicinas muy eficaces que hubieran acabado por completo con una enfermedad...
Y dejan de investigar porque las farmacéuticas a menudo no están tan interesadas en curar a como en sacar dinero, así que esa investigación, de repente, es desviada hacia el descubrimiento de medicinas que no curan del todo, sino que cronifican la enfermedad y  hacen experimentar una mejoría que desaparece cuando se deja de tomar el medicamento.
Es habitual que las farmacéuticas estén interesadas en líneas de investigación no para curar sino sólo para cronificar dolencias con medicamentos cronificadores mucho más rentables que los que curan del todo y de una vez para siempre. Y no se tiene más que seguir el análisis financiero de la industria farmacológica y se comprobará lo que digo.
La salud no puede ser un mercado más ni puede entenderse tan sólo como un medio para ganar dinero. Y por eso creo que el modelo europeo mixto de capital público y privado es menos fácil que propicie ese tipo de abusos.
Por ejemplo, se han dejado de investigar antibióticos porque son demasiado efectivos y curaban del todo. Como no se han desarrollado nuevos antibióticos, los microorganismos infecciosos se han vuelto resistentes y hoy la tuberculosis, que en mi niñez había sido derrotada, está resurgiendo y ha matado este año pasado a un millón de personas.
El Tercer Mundo es otro triste capítulo: apenas se investigan las enfermedades tercermundistas, porque los medicamentos que las combatirían no serían rentables. Pero hablando del Primer Mundo: la medicina que cura del todo no es rentable y por eso no investigan en ella.












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